No hay prácticamente ningún hogar en España en el que no se cocine con él. Hablamos, claro, del aceite de oliva: producto icónico de la dieta mediterránea, cuyas propiedades saludables (¡ni qué decir gastronómicas!) están fuera de toda duda. Sin embargo, a pesar de su uso tan común, no siempre sabemos sacarle el máximo partido. Estos son algunos de los errores más habituales relacionados con llamado ‘oro líquido’. Tal vez más de uno te sorprenda…
TARDAR MUCHO TIEMPO EN CONSUMIRLO
A veces compramos botellas de cinco litros de aceite porque es cierto que, a nivel económico, sale más rentable (¿a quién le viene mal ahorrar unos euros?…). Esta opción es ideal si somos grandes consumidores de aceite y no dejamos que la botella dure demasiado tiempo en casa. El motivo: un aceite, cuando está es su mejor momento de consumo es junto cuando se embotella. Su ‘curva de vida’ es cuando alcanza su punto álgido. No debemos equipararlo, por ejemplo, con algunos vinos, que ganan cualidades con el tiempo. Así pues, si tienes una botella de aceite no dejes que se eternice en la despensa, ya que sus propiedades pueden alterarse.
NO GUARDAR BIEN LA BOTELLA
Resulta fundamental cerrar bien la botella después de cada uso y no dejarla nunca cerca de una fuente de luz. Y es que la luz es, junto con el calor y el aire, uno de los peores enemigos del aceite. Por ello, recuerda: conservar siempre las botellas a una temperatura suave, lejos de cualquier foco de luz, de humedad, de olores, y de calor (por mucho que esté a la sombra, si la temperatura es elevada, esto no ayudará en absoluto a la conservación del aceite).
FIJARSE EN EL COLOR PARA DETERMINAR LA CALIDAD
Aunque los aceites pueden presentar distintas tonalidades, no debemos pensar que esto determina su calidad. De hecho, las catas profesionales de aceite se hacen en vasitos opacos para que el factor ‘color’ no influya a la hora de puntuar.
NO TENER EN CUENTA LA VARIEDAD DE ACEITUNA
En España se cultivan más de 200 variedades de aceitunas. Entre ellas, algunas de las más conocidas son Picual, Hojiblanca, Cornicabra y Arbequina. Cada una de ellas aportará a nuestros platos distintos sabores y aromas (más intentos, más suaves, más o menos picantes…). De hecho, si nunca lo has hecho y te gusta el aceite, te recomendamos participar en una cata de distintos AOVES (aceites de oliva virgen extra) donde se aprende a percibir esas diferencias. ¡Te encantará la experiencia!
PENSAR QUE NO HAY GRANDES DIFERENCIAS ENTRE ‘OLIVA’ Y ‘OLIVA VIRGEN EXTRA’
El salto de calidad entre un aceite de oliva (a secas) y un aceite de oliva virgen extra es muy significativo. El virgen extra es el mejor aceite posible: zumo de aceituna 100% obtenido únicamente a través de procedimientos mecánicos (el prensado en frío de la aceituna), mientras que el aceite de oliva es una mezcla de aceite de oliva refinado y aceite de oliva virgen o virgen extra. ¿Y cuál es la diferencia entre estos dos últimos? Tanto el virgen como el virgen extra son extraídos a través de procedimientos mecánicos, pero el virgen -siendo un magnífico aceite- no llega a la excelencia (notas sensoriales) que tiene el virgen extra. El ‘Virgen’ tiene una acidez que no puede superar el 2%, mientras que el virgen extra, libre del mínimo defecto a nivel organoléptico, no puede superar el 0,8% de acidez. Toda esta información figura, por ley, en el etiquetado de las botellas, así que no olvides echarle un ojo cuando compres aceite en el mercado.
CREER QUE NO SE PUEDE REUTILIZAR
La resistencia a las altas temperaturas del aceite de oliva hace que sea más estable químicamente que otros aceites, de modo que es posible reutilizarlo varias veces parar frituras, garantizando sus propiedades. Eso sí; es fundamental conservarlo bien tras su uso: filtrándolo con un colador fino y guardándolo en un recipiente opaco.